sábado, 23 de agosto de 2008

Francotiradores en la historia (1ª parte)

La I Guerra Mundial


Cuando el combate se estancó, ambos bandos se enterraron y comenzó una guerra de desgaste. Las trincheras se convirtieron en refugios de francotiradores y los alemanes destacaron en esta técnica, dominando la tierra de nadie a finales de 1914.



La Fuerza Expedicionaria Británica fue incapaz en buena medida de responder con la misma moneda al azote del Jäguer alemán. Y lo peor: la mayoría de los soldados no entendían lo peligrosos que eran los francotiradores a pesar de las señales en las trincheras y los avisos de los veteranos. Los reclutas no resistían la curiosidad de asomar la cabeza y se ganaban un balazo entre ceja y ceja. En 1915 un batallón en un sector tranquilo podía perder en un día a manos de los francotiradores una media de 12 a 18 hombres.



El problema para los british era encontrar y entrenar suficientes tiradores para cambiar las cosas. En 1914 Alemania era el único país importante en la guerra con acceso a un buen suministro de fusiles con mira telescópica y con hombres para emplearlos.



En Alemania la caza era un deporte popular y sus grandes bosques les proporcionaban un amplio campo de juego. Así, el uso del fusil con mira telescópica estaba más extendido que en GB y al empezar la guerra tenían un gran grupo de francotiradores potenciales que comprendían la importancia de aprovechar el terreno, la mimetización y la necesidad de ser paciente. Además Alemania había animado a los mejores tiradores de cada batallón a entrar en el entrenamiento de francotiradores.


El ejército alemán contaba al principio de la guerra con varios centenares de rifles deportivos requisados y con 15.000 fusiles Mauser Gewehr 98 con mira telescópica instalada en fábrica.



En un intento de solucionar la desventaja, el Departamento de Guerra británico estableció centros de entrenamiento en los que hicieron una gran labor los miembros del Lovat Scouts, una unidad única de unos 200 hombres reclutados principalmente entre guardabosques de las tierras altas o ghilies. El comandante en jefe del 2º centro SOS (francotiradores, observadores y exploradores) comentaba que los mejores francotiradores eran los tramperos, topógrafos y cazadores furtivos.


Los mejores francotiradores natos de los aliados se encontraban entre los jóvenes australianos, canadienses y sudafricanos.

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1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Y de hecho los canadienses siguen siendo de los mejores del mundo.
Muy chulo el post, encima acabo de ver que tiene segunda parte. Bien bien jeje.

24 de agosto de 2008, 10:26  

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