Crónicas de Maruicio, el típico jugador de Airsoft: No soy el único friki!

En episodios anteriores:
Maruicio es un tipo un poco friki que acaba de descubrir el Airsoft. Tras horas y horas en la web consiguió entrar en el mundillo, incluso ya ha comprado todo lo necesario para empezar a jugar. Hoy va a descubrir que no es el único friki en esta vida.


Nuestro querido amigo y adorable compañero Maruicio llevaba demasiados días vistiéndose de soldadito por la casa, asustando a sus padres y hermanos, disparando a las palomas desde las ventanas... Maruicio cumplía una norma básica en cualquier airsoftero aburrido en casa, y es que cada salida del cuarto viene a ser una incursión. Ir a por cereales; no te dejes la SOCOM. Se te olvidó echarle leche; granadas tácticas. Se te ha acabado el bol. Uyyy como se te acabe el bol.

El caso es que después de demasiado Internet y demasiada arma en casa hay que sacar a Maruicio a pasear, y para ello tenía que conocer gente. Internet es su aliado. Con poner cualquier palabra como táctico, milsim, airsoft, ya le salían la mitad de grupos de España, así que probó a sumarle su localidad (esto es como Los Sipmpsons, que nunca dicen Spriengfield aunque puedes buscar dónde está) encontró ya varios grupos con los que confraternizar.

Para empezar se encontró con unos más "subiditos" que otros, desde los que dicen que hacen MILSIM a saco y piden hasta el carnet de la biblioteca para jugar hasta los que son todos menores y jugaban a 1000 fps en interiores. Optó por juntarse a unos bastante estándar, de esos que tienen el nombre de su ciudad, una palabra táctica y un chiste de familia/frikada donde parecían todos bastante majos. Cuando les pidió permiso para jugar se encontró varios tipos de jugadores identificados con sus respectivos nicks:

XXX- este tipo es demasiado bueno para jugar con gente como tú. Hará lo posible para ponerte a prueba.
jbermúdez- tiene algunas partidas pero pasa demasiado tiempo en Internet. Podrás ver el mismo nick en miles de otros foros y acabarás hasta las narices del sabelotodo.
ASESINONOCTURNO- friki. Pesao.
Solid Snake- este es todavía más nuevo y más friki que nuestro querido Maruicio.

Al final consiguió conocer a alguien con un nombre corto y sencillo por ejemplo no seeeee... Capca (lo primero qeu se me ha ocurrido), que le puso al día de las normas (aunque a Lord XXX le sobraban X repitiendo que las releyera) y le dijo cómo podía ir al punto de reunión y que podría juntarse con su grupillo. Maruicio no cabía en su alegría.


Jueves por la tarde. Baterias ok. Réplica ok. Camuflaje ok. Cantimplora (a la primera partida siempre hay que llevarla) ok. Gafas de ferretería y/o de ventisca ok. Casco de bicicleta pintado ok. Botas-de-monte-dos-números-menores-que-ya-te-decía-tu-madre-que-te-iba-a-crecer-el-pié ok. Quedaba un largo día y medio por delante en los que Maruicio sólo hacía tres cosas: revisar el material, ver fotos de otras partidas y actualizar el foro cada cinco minutos para confirmar que no se cancelaba la partida. Varias dudas le surgían: ¿Será la gente maja y agradable? ¿Estaré a la altura? ¿Me parará la Guardia Civil tal y como dice mi mamá?
Sábado a las 5 de la mañana. Tres despertadores suenan para evitar que nuestro buen amigo se quede roncando. Sus amigos se están preguntando por qué se despierta a la misma hora que ellos se van acuestan, pero a él no le importa. Es su gran día, por eso se ha levantado tres horas antes de la hora de reunión. Tras ducharse a toda prisa, desayunar fuerte ese día, requeterevisar un material preparado días atrás, ver el foro en busca de novedades, ver la previsión metereológica, ver el foro en busca de novedades, mirar por la ventana los risueños pájaros cantando, ver el... Llega la hora. Maruicio todavía no tiene coche, es demasiado joven y va en transporte público con la bocacha del fusil saliéndole de la bosla de deporte. Ya aprenderá, es su primera vez.

Cuando llega ve a mucha gente, todos muy feos y frikis, riendo mientras cuentan viejas batallitas a la vez que toman un café en el bar minutos antes de partir hacia la batalla. Se presenta a su contacto, suelta un par de paridillas y observa. Maruicio observa. Y aprende. Va fijándose en cada uno de sus futuros compañeros de batalla: el de perilla es un poco resabidillo; el alto es un buen parapeto; el bajito y gordo tiene pinta de correr poco pero hablar mucho por radio...
Arriba, a los coches. Sudor frío. Quedan varios cuartos de hora hasta el próximo capítulo de nuestro novel Maruicio. ¿Estará a la altura del gran reto personal que supone juntar a varias decenas de frikis armados hasta los dientes? Lo sabremos en el próximo capítulo.