
Todo el mundo conoce, o por lo menos debería conocer, la película Traffic, de Steven Soderbergh. Lo que muchos no sabréis es que existe una serie muy muy corta (dos capítulos de dos horas cada uno) con el mismo título en el que se relatan varias historias relacionadas todas ellas por el contrabando de heroína, desde su cultivo en Afghanistán hasta su consumo en Seatle. Son muchas las historias individuales que se cuentan, cada una con sus propias consecuencias sobre la sociedad, desde el tráfico de ilegales, los yonkis, extorsión, mafias chinas... y por supuesto: operaciones especiales en Afghanistán. Y aquí es donde se pone interesante la cosa, cómo Mike Mckay, prota de la serie, arriesga su vida por una causa que sólo él conoce, y cómo se ve toda la estética talibán que los TAN estamos esperando que llegue derecha desde Pakistán, jeje.
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