Habíase un gran reinado que dominaba un territorio llamado América. Su nombre era
, y compartía su legado junto a otros reinatos como el de los ilustres Colt, de la familia del .45 ACP. Los Smith & Wesson era una familia con mucha historia, afincada en Spriengfield, y sus más antiguos antepasados se remontan al ya olvidado 1852. Érase entonces cuando inició la larga dinastía de rifles,
municiones y pistolas, desde el primo Modelo 1 hasta los nietos de las familias I, J, K, L, M, N y la oveja negra de la familia, los X. Todos ellos, una gran familia de revólveres conocidos por todo el continente, que gobernaban adorados por el pueblo, aunque siempre enfrentados a la familia Colt.
Vendría a ser una historia de amor entre los Capuleto y los Montesco, donde cada uno se dedica a una industria (militar y policial), en las que de vez en cuando surge un amor. El problema llega cuando los Smith & Wesson, abrumados por el éxito de las familias contrarias, ha limitado una parte de su trayectoria a la copia y mejora de modelos, dejándo de lado la innovación para aquellas familias burguesas con mayor valentía.

Tras muchos años en la cumbre, los
Colt lanzan al mercado la 1911, un modelo del .45 que sigue las líneas clásicas pero encanta a los pueblerinos de la tierra. Los S&W ven su honor en peligro e intentan contratacar con nuevos y mejores revólveres, pero anclados en las viejas tradiciones el pueblo pedía abandonar el Antiguo Régimen. Venció la pistola semiautomática. Algo había que hacer. El primer paso era ponerse a la altura, así nacieron las S&W semiautomáticas, demasiado parecidas a la 1911 Capuleta. La familia sacó provecho del éxito todo lo que pudo, buscó nuevas alternativas y siguió reinando.
Entonces apareció otra familia. Austriacos.

Los nuevos emisarios tenían un nombre muy extraño. Como Colón en su día, los
Glock llegaron y arrasaron con todo. Su lema era "plástico y perfección". En los 90, sus Glocks 17, 18,19... conquistaron todo el mercado policial y sorprendieron en el ámbito de las fuerzas especiales. Armas más compactas, seguras, precisas, estables y baratas. Los S&W eran ya una familia en decadencia y la llegada de una tercera familia rival no hacía sino empeorar la situación. Además, unos plebeyos que sólo llevaban en la industria desde el 63... Algo había que hacer. Nació entonces un nuevo concepto, la S&W Sigma, que muchos de nosotros, unos más que otros, conocemos. El enorme parecido entre ambos modelos, la Glock 17 y la Sigma de S&W, se debe a que esta última es la respuesta de los Montesco al verse acorralados por el triunfo del plástico. El reinato en América perdía día a día su fuerza. Los éxitos de Sigma, que mejoraba ligeramente algunas prestaciones de los Glock, quedándose atrás en otros aspectos, no fueron satisfactorias. De hecho, hubo una pequeña trifulca entre ambas familias, demandas de por medio. Los Smith & Wesson ganaron la trifulca, pero perdieron el mercado.
Entonces apareció otra familia. Alemanes.

Llegó el Reich no nazi. Los nuevos conquistadores hablaban un idioma grotesco, pero dominaban de una forma nunca vista la mecánica armamentística. Una familia que, pese a que todos pensábamos en HK, pertenecía a otra estirpe: los
Walther. Su P99 era una auténtica delicia. Una calidad excelente y un diseño precioso: una hermosa dama. Los Montesco volvían a tener las de perder. Necesitaban otro romance, la nueva familia estaba quitándoles demasiado terreno y sus hombres no eran tan guapos para semejante dama. Así, buscaron a uno de los primos menos feos, le pusieron las vestimentas menos roñosas que encontraron y probaron a lavarle los dientes. Nació así un nuevo Romeo: la S&W M99. Como podeis ver, una burda imitación de la apuesta dama. Y ya lo dice el dicho: la mona, aunque se vista de seda, mona se queda.
Entonces Montesco dijo: ¿Qué leches hacemos copiando como chinos? ¿Y si volvemos a las líneas que dieron la fama a nuestra gran estirpe?
Entonces apareció otra familia. Los S&W M&P.
Por fin los Montescos vieron la luz. Al retomar el testigo del pilar que levantó la prosperidad de la familia nació una nueva línea de semiautomáticas, las M%P9, con muy buen resultado y grandes características técnicas. También hay versión subcompacta, la M&P 9C. Sus excelentes prestaciones dan por fin un respiro a una de las familias con mayor tradición, grandes ofertas y, por qué no decirlo, algún que otro primo lejano de la China de las carteras Gucci.

4 comentarios:
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Me cagüen el puto spam, y lo dice uno de publicidad!
Damu pa kmu to?.. Nano ni klase blog man?
PEro que pelma el puto flor de lotto en el culo!! el post muy currao y muy wapo, en serio.
Por cosas asi todavia no te hemos echado de los tan.
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